En semana santa todos se lanzaron como espantajos elegantes hacia salamancas turísticas y a embotarse de frivolidad. Aja. Entonces un tornado arraso con la pecaminosa ciudad de contrabandistas, y alrededores. Siguieron noches sin agua, ni luz, los oscuros laberintos se purificaron con destellos de gomas quemadas, rondaban sombras de lobizontes. Igual todos siguieron en su fútil indiferencia espasmódica. Rituales que los vengadores soñaran.
2 comentarios:
30000 que tul
no es un numero historicamente agradable pero
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