viernes, 3 de febrero de 2012
Farmer de Andres Rivera.
Hacía calor en la ciudad, a la que llegué, solo, montado en mi yegua Victoria, y las ventanas y las puertas de la ciudad estaban cerradas, como si un viento de peste silbara por las calles de la ciudad, y había un silencio como no conocí otro en esas calles de Buenos Aires, vacías e invadidas por el sol del verano.
...y miraban el espectro lívido de la derrota en los campos de Caseros montado sobre mí, sobre mis hombros y sobre las ancas de Victoria, mi yegua.
Hombres y mujeres -yo lo adivinaba- parados detrás de las ventanas y persianas de sus casas, y las negras esclavas sirviéndoles vino frío a los señores, y agua fría de los jagüeles a las señoras, y las señoras abanicándose las tetas, guachas, desvergonzadas, y los señores temiendo que mis hombres, los derrotados, y los de Urquiza, los entrerrianos de la caballería de Urquiza, federales todos, pobres todos, les entren a romper cristales y jarrones, y tajear alfombras y sábanas, y se les rían en la cara a los buenos padres de familia...
Dibujo de Alberto Di Francisco.
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